El costo económico de una ofensiva militar de gran envergadura puede fácilmente escaparse de las manos cuando la guerra se extiende más allá de los cálculos originales.
La génesis del actual conflicto se remonta a 2013, cuando el presidente de Ucrania, el prorruso Víctor Yanukovich, suspendió la firma de un acuerdo de asociación con la UE, prevista el 29 de noviembre, a causa de las presiones de Rusia, que le ofrecían además importantes contrapartidas económicas por ello, como la reducción del precio del gas.
“La guerra se ha vuelto costosa”
"Mantener operaciones militares es un negocio costoso, especialmente cuando las tropas se encuentran lejos de las bases principales", le dice a la BBC Ed Arnold, investigador del centro de estudios británico Royal United Services Institute.
"Hay que acumular una significativa cantidad de municiones, de combustible para movilizar la maquinaria de guerra y de comida para alimentar a las tropas".
Las duras sanciones impuestas por parte de occidente a Moscú tendrán un gran impacto en su economía y sobre como podrá mantener las tropas estando tan lejos de las bases militares rusas, teniendo en cuenta que deben abastecer de municiones, alimentos y combustibles a la tropa para poder mantenerse en pie de guerra.
También Rusia se puede ver muy afectada si Europa llegara a prohibir la importación de gas ruso teniendo en cuenta que este país genera el 40% del gas que importa el resto de Europa.
A esto se le suma la exclusión de varios bancos rusos del sistema Swift que permite hacer transferencia de dinero de un país a otro impidiendo a Rusia comprar mercancía o pagar sus deudas a otros países, lo que se traduce en impacto económico para los productores que venden sus productos a Rusia y esperan sus pagos para poder seguir en funcionamiento.
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